• Dificultad baja.
  • Distancia 44 km ida y vuelta.
  • Recorrido lineal.
  • Llevar agua. A partir de Fuertescusa, no hay fuentes.
  • La sombra dependerá del trazado de la carretera.

La ruta transcurre enteramente por carretera de trazado serpenteante con suaves desniveles.

El Escabas nos acompañará por la derecha en la práctica totalidad de la marcha.

No existen arcenes, en su lugar, aliviaderos naturales formados por el agua de lluvia, vegetación del soto bosque, formaciones rocosas recubiertas por costrones de variada clase de sedimentos, quita miedos metálicos,…etcétera.

El tráfico es muy escaso fuera de la época estival. En verano, es regularmente soportable.

Entorno abrupto con importante masa forestal.

Haciendo uso de la ruta “CÁMPING LA DEHESA” “FUERTESCUSA”, retomamos desde esta población de la serranía media conquense, la descripción del recorrido ciego aventurero.

Fuimos dejando el pueblecito atrás sin ser aún realmente conscientes de la importante distancia que todavía nos separaba del destino final.

Vamos evidenciando como la mano del (Sapiens), interviene modificando el entorno, en la medida de sus perentorias necesidades o anteponiendo su capricho, por lo general, de mal gusto, incluso por encima de tan maravilloso espacio rural.

Por ambos lados del circuito, el monte adquiere el nombre de campo, bonito, pero campo. El bosque adolece aquí de alopecia;
corralones destinados a la contención del bovino, de caras inocentonas y crustácea mirada, acompasada por el gesto “como que, a mi ni me preguntes”
Un huerto allá, un chambao aracullá, el campo de balompié,… Después de todo, no es tan diferente al resto de asentamientos humanoides:
(tres obras arquitectónicas tiene mi ciudad, la Iglesia, el campo de fútbol y la tasca).

Al cabo de una media hora de perpleja y meditabunda marcheta algo ocurre que, desconcierta y previene a los sentidos ante importantes cambios en la ruta y a los que nos vamos aproximando.
El manifiesto calvo queda atrás, como por arte de magia, el emboscado monte nos engulle.
A golpe de bastón, la pared que, de improviso flanquea el paso por la derecha, se desparrama; calizas en descomposición dejan caer los restos de viejas voces en pequeños aludes de arena y matojos.

Antenas fuera!

La primera oscilación de la serpiente, se aproxima. Hasta poco antes de alcanzar nuestro propósito, no podremos ya escapar del sinuoso asfalto.

Conocer cuanto queda para llegar al Camping de Poyatos esquina con pista a Tejadillos, es realmente complicado para ciegos y deficientes visuales.

Proponemos:

Calcular el promedio de kilómetros hora caminados.
(Suele estar en torno a 3 km de media yendo con perro guía y cargando con mochila), de modo que, ante su posible proximidad se extreme la atención.

Al encontrarnos con La “Dehesa” de Poyatos.
Como es lógico, aunque en esta ocasión seremos los aprovechados, aparición de ruidos y voces  provocados con casi toda certeza por bocadillistas, cervecillistas, paellistas, bañistas,…

Aceleración y desaceleración de todo tipo de vehículos.

Repentina aparición de ciclistas.

Vacas.

Gente caminando por la carretera.

Cortina de estridencias músico pavorosas.

LA DEHESA DE POYATOS.

Muela de peculiar riqueza en fauna y vegetación, destaca su rica variedad de hongos y setas.
Tomó  gran importancia en otros tiempos como dehesa para los ganados trashumantes de Andalucía.
Se realizó en ella la explotación de la resina de los pinos, aún podemos encontrar por el suelo botes (cascos) de los utilizados para recoger la resina, incluso pinos con viejas entalladuras producidas por el derroñar de la garrancha.

Podemos encontrar además una rica geología con simas, pequeñas torcas, fuentes, etc.